Los sitios arqueológicos de orígen maya y zoque de Santa Elena (Balancán), Reforma (Balancán), Tierra Blanca (Balancán), Pomoná (Tenosique) y San Claudio (Tenosique), evidencian huellas de saqueo en aproximadamente el 60 por ciento de sus basamentos.Las autoridades locales atribuyen el hecho a la demanda de compradores y contrabandistas nacionales y extranjeros de piezas arqueológicas, quienes se valen de lugareños para efectuar los robos, y quienes codician los tesoros antiguos que pudieran encontrarse en los 200 montículos que aún permanecen inexplorados.
Las excavaciones clandestinas en los sitios históricos del municipio de Balancán ascienden a 22 basamentos profanados de los 78 que posee en sus dos ruinas, en tanto que en Tenosique, el saqueo ha alcanzado ya a 51 de los 190 montículos que existen distribuidos en sus tres zonas arqueológicas.
Los pobladores de estas zonas arquelògicas refieren que los saqueadores no sólo excavan en busca de piezas, sino que además incentivan a los lugareños a participar en el robo del patrimonio histórico.
Además de cerámica, hachas de piedra, puntas de proyectil, sellos y figurillas antropomorfas mayas saqueadas, hay un sinnúmero de objetos de los que se desconoce su paradero, ya que estas piezas son vendidas fuera del municipio a precios que fluctúan entre 5 mil a 15 mil pesos, según el tamaño e importancia del vestigio.
Algunos de los principales sitios arqueológicos de los municipios de Balancán y Tenosique se ubican en terrenos de particulares, y se encuentran entre los más saqueados.
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